Todo empieza el día anterior cuando te preparas psicologicamente a pensar y fantasear lo bien que te puede ir en el nuevo oficio, buscas tus mejores ropas y zapatos para causar una buena impresión y colocas la alarma para levantarte temprano, cocinas tu almuerzo para mañana y le avisas a tus amigos y familiares que finalmente dejas de ser un vago oficial. Te acuestas mas temprano que de costumbre dándote cuenta que es inútil porque igual te quedaste dormido a la misma hora (o mas tarde).
Al día siguiente pueden suceder 2 escenarios que te levantes antes de la alarma porque estas tan emocionado por tener un oficio remunerado que no puedes estar mas en la cama o te da una pereza titánica levantarte tan temprano y te da un breve ataque de arrepentimiento para ir atrabajar, una vez superado eso lo demás es de rutina, levantado, bañado, desayunado y evacuado sales con las expectativas a mil, reencontrándote con un viejo "amigo" el trafico, el primer día no te importa tanto porque vas a tiempo y te interesa llegar temprano (para después no importarte si dejas de ir un día)
Llegaste a tu nuevo trabajo, le sonríes a todos, das los buenos días y por lo menos los jefes te devuelven el saludo (así sea por puro protocolo o politiquería), te presentan a tu nuevo jefe y nuevos compañeros, te encuentras en esa situación de ser la persona que tiene que encajar en el grupo que ya tiene una forma de trabajar, de comunicarse (o de chismear) aquí te puede pasar dos cosas: te da tanta pena que no hablas porque eres muy tímido y pasas por tonto o te la da de vivo y que te la sabes todo y pasas por pedante, para al final darte cuenta que eres un ser mas que ellos y que al final, si todo sale bien, te vuelves parte del grupo.
Sensación de emoción a lo nuevo, incomodidad por el cambio y una pequeña añoranza por el tiempo libre, todo eso junto te puede pasar en los primeros días de trabajo, la ventaja es que eres la novedad para ese momento, tu gozatelo mientras dure.
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