CRONICAS DE UN DESESPERADO

Cuando trabajas en el área de servicio, esto siempre está asociado con la palabra "queja" parece un sinónimo, y sobre todo en un país tropical como Venezuela, que es un país tan maltratado y mal acostumbrado a los malos tratos, a la burla, a la perdida de tiempo, en una cola, a la pintura de uñas de la secretaria de la oficina pública y privada también, tan mal acostumbrados a que no contesten tú reclamo o te contesten con una patada, no tener respuestas rápidas y efectivas como cualquiera quisiera. No se que es peor, ser la persona que descarga su arrechera con el empleado de turno por un mal servicio esperando que le solucionen, o ser la persona que recibe la queja y aguantando la arrechera del señor; no tanto por recibir la queja, porque, como lo dije, queja y servicio son sinónimos, sino saber que esa queja va ser otro malestar para el empleado que va a tener que calarse porque para eso le pagan, ya que no va a tener solución, no va tener respuesta, se va a que

Somos tan hipócritas, con tanta ropa, celulares, cámaras, conocimientos adquiridos (pero mal aprovechados) tecnología e Internet en todas partes, pero somos los mismos animales que fuimos hace como mil millones. Estoy en una etapa de la vida donde me perito el lujo de conocer una parte muy particular de las personas, cuando están en un evento social, llámese fiesta, especialmente boda.- Imaginen este escenario: 600 personas con muchas ganas de borrarse de la borrachera en la celebración de una boda dentro de un hotel que tiene 300 personas hospedadas con una capacidad de 60 puestos de estacionamiento, novias histéricas, mmmmmmm.....interesante no? Se que en las fiestas nos desinhibimos, porque se supone que para eso son, para disfrutarlas mas, pero estoy llegando a pensar que el mundo se ha vuelto tan burocrático, con tanta violencia y terror que cuando estamos en una fiesta simplemente nos desesperamos de pasar de un estado normal a una hipocondriacamente desquiciada de atención y cañ