Este amor comenzó con un niño Jesús de los años no me recuerdo, cuando recibí una ATARI, creo que se llamaba ODISSEY una maquina que tenia un teclado plano para los juegos de palabras y dos controles con su respectiva palanquita y botón rojo para los juegos mas sangrientos que necesitaban la violencia que en aquella época se le impregnaban a las batallas galácticas; era lo máximo tener ese tipo de tecnología en casa, aunque claro esta el regalo era mas para mi papa que para mi ya que se enfiebraba mas que yo al jugar, típico de los primeros regalos de navidad donde los padres se emocionan mas que los hijos, supongo que por el hecho de volver a ser niños. A estas alturas no se donde esta ese aparato, conociendo a mi mama, seguramente lo boto, pero me da mucha nostalgia recordarme de este juego, creo que si lo tuviera aun lo mantendría funcionando.
Navidades despues llego otro regalito tecnologico el fabuloso Nintendo, aquel pequeño y delicado aparato, compuesto de 2 controles y una pistola (lo máximo para juegos de cacería y vaqueros) otro nivel de juegos y aventuras que me podrian tener pegado por horas, si no es por la disciplina de mis padres y las tareas pendientes de la escuela. En esos tiempos es sabido la gran evolucion que tubo la industria del videojuego, juegos que se convirtieron en leyendas y grandes hitos que aun se mantienen y que juegue hasta la saciedad. La consola NES, el personaje Super Mario Bros, el pequeño hombre cuadriculado que saltaba, se agrandaba, lanzaba bolas de fuego y maniobras para no caer al precipicio, luego mejoraba sus poderes hasta volar con una cola de mapache, tierra, agua y aire Mario no tenia limites, la música, las imágenes y los secretos no paraban de impresionarme, supe allí que Mario era (y aun es) mi personaje ficticio favorito (y creo que no soy el único)
Pasa el tiempo y vino el Super Nintendo, juegos mejorados y mas diversion, graficas que me sorprendian y formas de juego que me hacian preguntar hasta donde podrian llegar. Luego de un tiempo no tenia suficiente dinero para las consolas, solo veia en las pocas noticias lo que habia de nuevo y en las vitrinas de los lugares donde los chamos se escapaban de clase para ir a jugar Nintendo 64 en los lugares donde alquilaban un espacio para jugar, eran geniales, pero nunca fui de esos chamos, tan solo fui una sola vez y era a jugar el mitico juego del 007 del Nintendo 64, alucinante, pero no podia mantener ese vicio en aquel entonces.
Otra navidad llega y una nueva sorpresa (uno de los ultimos regalos de navidad ya que estaba grandecito para la cosa) el nuevo Playstation, nunca habia jugado tanto en una madugada probando a la competencia de la empresa que siempre le habia sido fiel Nintendo, me fascino, era simplemente genial, incluso hoy en dia aun lo tengo, un poco sucio y con el control averiado de tanto en tanto, pero funcionando, una consola que aun se mantenga vigente en estos tiempo tiene que ser bueno, algo debe tener.
Llego la era de las computadoras y el internet, de alli vinieron los programadores y piratas, conocí los llamados emuladores, programas especiales para emular los juegos de consolas en tu computadora, timidamente jugué y disfrute juegos del Nintendo 64 que no conocí en su tiempo: Super Mario 64 y La Leyenda de Zelda....sin comentarios.
Trabajando y ya graduado, siempre tuve esa espina de no poder jugar un buen juego de vídeo y llega una nueva revolución de la industria: Wii, Xbox y una nueva versión de Plastation.
Mi naturaleza nostálgica podría mas que mi edad, donde se me permitía jugar esos juegos sangrientos de guerras, ya fueran reales o galacticas, pero al final me decidí por la consola que sabia que podría jugar eternamente sin aburrirme una y otra vez, el Nintendo Wii. Una consola que para muchos es para niños, pero para mi era el reecuentro con Mario, poder volver a jugar Mario como Dios manda y quede satisfecho con el resultado.
Mi pasatiempo, mi hobby, mi vicio favorito, llamenlo como quieran, pero agradezco realmente poder disfrutar de estos juegos y espero en un futuro no muy lejano poder jugarlo seguir disfrutarlo.
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