En uno de esos días calurosos rumbo a mi jornada laboral siempre veo algo que me llama la atención, algo que no concuerda con lo que yo llamaría algo "normal".-
Como no tengo carro (aun) me veo obligado a tomar lo que mal llamamos "transporte publico" o lo que yo llamaría el recogelocos, los rapiditos, que son carros super viejos, super sucios y super destartalados, que solo falta que lo manejemos como el celebre troncomovil de los Picapiedra, que todos los pasajeros le den pata para que empiece a moverse el vehiculo; cinco son las personas que vamos de pasajeros, los dos delante al lado del conductor, dos señores ya mayores que no paran de hablar como eran las osas antes y como todo estaba mas barato, en el extremo derecho de atras una señora que no para de pasarse el pañuelito amarillo por la cara, disfrutando de ese carlor de eterno verano que nos toca, yo en la parte trasera del conductor llevando todo el sol de la tarde, sin poder subir la ventana para taparlo ya que la manilla esta rota ( o mejor dicho no esta) y en el medio ese personaje que siempre me llama la atención por su particular comportamiento.-
Lo que diré a continuación no sera un comentario machista, si no la verdad exagerada, las mujeres por lo general siempre se terminan de arreglar es en el camino, y si van en el carro ese es el perfecto escenario, no importa si ellas van manejando y descuidando la vía mientras se echan rimel, o si van de pasajeras y aprovechan el espejo retrovisor a ver si les quedo bien el brillo escarchado de la boca, hasta hay estamos bien, pero ver a una mujer cuasi terminar de vestirse en el carro........hasta hay ya va........sacar de esas carteras tripe xl que ahora venden, casi media zapateria para probársela mientras estamos anunciando la parada, ya sea zapato deportivo o una de esas sandalias que con amarres intrincados en el medio de dos peronas.....verga eso es arrecho.-
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