Los botones son los seres mas raros que yo he podido conocer en la vida, es la profesión mas deseada por todos en un hotel y que lo ejercen las personas a veces mas traída de los pelos.
No tienen mayores responsabilidades solo deben estar pendientes de no confundir la maleta de una peluquera a la de un ejecutivo de negocios, le saben la vida tanto a los trabajadores como a los huéspedes, y no es para menos ellos deben saber a quien le llevan la maleta, pueden tener el horario mas cómodo del departamento de recepción, le dan sueldo fijo y de paso les dan propinas (a veces muy buenas) pero lo mas asombroso de todo es que de paso se quejan.
Son como los niños quejones de recepcion que van a llorar al recepcionista de turno porque otros les están quitando las maletas (obvio por las propinas) y el recepcionista tiene que salir con correa en mano para hacer el respectivo reclamo para que dejen jugar a sus muchachos.
Son las antenas parabólicas de un hotel, saber la vida y obra de todos es su verdadera misión cuando no están cargando maletas y así aprovechan en hacer "relaciones publicas" con los demás paseando con el publico y siempre dispuestos a farandulear.Ese estándar en las películas o series todas son ciertas en cuanto a cánones de servicio de botones.
Son los misoneros en busca de comida gratis cuando hay eventos especiales en banquetes, si te la llevas bien este compartirá contigo el batido que le regalaron en el restaurant.
Son los plomeros improvisados, los que te arreglan la conexión al wi fi, los que te pueden ubicar en el espacio y tiempo aquellos huéspedes que siempre andan mas allá de esta órbita terrestre, son los que huyen a la queja cuando se presenta la billa en la recepcion, pero no tanto como para enterarse porque es la queja, solo por puro chisme.
Todos son metidos, todos son faranduleros, todos quieren saber algo, son una especie muy particular en los hoteles, parecen que fueran pre fabricados de esa forma.
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