Es común ver en los trabajos ver que
busquen la forma de que los empleados nos encarrilemos en la misma sintonía
para que todos estén en pro de trabajar dentro de una tan perseguida “paz
laboral”, que lastimosamente no se buscan construirla, si no imponerla.
El
ambiente de un trabajo se construye todos los días, con todos nosotros y no se
impone solo porque una sola persona lo quiera, todos lo queremos y a ¿quién no
le va a gustar trabajar tranquilo? pero es difícil manejar los problemas
personales y llevarlos a nuestros trabajos, no nos enseñaron a lidiar con eso ¿cómo
creen que sepamos como lidiar con los del trabajo? claro que van haber choques
y para eso existen profesionales que estudian eso, personas que se capacitan
para ver el comportamiento de las personas, como reaccionamos y como podemos
lidiar con la presión de todos los días, evitando los juicios.
¿Porque
no mejor nos evitamos los sarcasmos y seguimos adelante?
Siempre
nos llamaran la atención por los errores cometidos, pero esa llamada de
atención surge real efecto si existe consistencia, en el actuar, en el hablar,
en el tono, el lugar y el momento. De nada vale llevar un regaño institucional
si después se diluye en el tiempo y no está dentro del marco de una buena
estrategia de comunicación asertiva para todo el equipo de trabajo. Se vuelve
fastidioso y el fastidio conlleva a la burla y la burla te lleva al irrespeto y
de allí al caos solo falta un valiente que no le importe lo que dirán de ti.
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